Bajo un cielo estrellado, recostados en el pasto húmedo por el rocío, dos seres se dejan llevar por los efectos que produce los primeros indicios del amanecer…
– Equis: ¿Cómo se llama?
– Elizabeth: ¿Quién?
– Equis: ¿El tipo que te hizo así?
Ella sonríe
– Elizabeth: ¿Así cómo?
– Equis: Permites que todo el mundo se enamoren de ti, pero a la vez tú no te enamoras de nadie
– Elizabeth: ¿Estás enamorado de mí?
Él sonríe
– Equis: No contestes con otra pregunta
– Elizabeth: Daniel
– Equis: Entonces odio a Daniel
– Elizabeth: Mientras que yo lo sigo amando
Él voltea a mirarla
– Equis: Acabas de matar mi definición acerca de ti
– Elizabeth: Y acabo de matar también tus opciones conmigo
Él vuelve a mirar el cielo
– Equis: No todas
– Elizabeth: ¿Y cuáles son las opciones que sobreviven?
– Equis: Las de acostarme contigo
Ella voltea a mirarlo
– Elizabeth: Sinceridad… Esa es tu definición
Ambos se miran y ríen
– Equis: Créeme que desde allí abajo (apunta la entre piernas de ella) llegaré hasta ti
– Elizabeth: Bueno la de «allí abajo» no se queja con que lo intentes
Siguen contemplando como las estrellas van desapareciendo para dar paso al tono naranja…